lunes, 4 de enero de 2016

La angustia en los jugadores

En los últimos partidos de esta temporada de la Unión Deportiva Las Palmas, esta apareciendo una actitud, por parte de los jugadores, que no se veía al inicio. Esta actitud es la de no venirse abajo ante un marcador desfavorable, sino lo contrario, seguir luchando por la victoria, variando, finalmente, los resultados de los partidos.

En el partido de ayer ante el Atletic Club Bilbao, la situación de Las Palmas de estar por detrás en el marcador, se dio en dos ocasiones, sin embargo, el equipo fue capaz de empatar ambas veces, teniendo, incluso, en los últimos minutos del partido, alguna opción de ganar la contienda. 

Esta nueva actitud de Las Palmas nos muestra la capacidad que el equipo está teniendo para tolerar la angustia, generada por estar en desventaja en el marcador. La angustia, en cualquier sujeto humano, no se puede no tener, ya que es un afecto constitutivo del sujeto. Antes de la acción aparece la angustia. Antes de salir al terreno de juego, de presentarnos a un examen, de llamar a la chica que nos gusta, de disparar un penalti. Si toleramos ese nivel de angustia, desaparece.

Cuando la angustia se tolera, se está en el presente, no en el pasado ni en el futuro, se juega con todos los sentidos, confiando en que la oportunidad de marcar un gol llegue en algún momento. Cuando no se tolera, los jugadores se vuelven ineficaces, se atascan, se equivocan.

Actitudes como éstas nos hablan de la madurez a la que va llegando el equipo, madurez que favorece el proyecto deportivo. 

A veces ocurre que el nivel de angustia sobrepasa el límite tolerable para el jugador y es entonces cuando aparecen los síntomas, errores, faltas, expulsiones. Es en esos momentos cuando el entrenador ha de estar atento, y propiciar los cambios, si fuera necesario.

Un jugador desbordado de angustia, restará al equipo.

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