Sabemos
que jugando al fútbol se puede ganar a cualquier equipo de nuestra liga, pero
también jugando se puede perder. Y eso fue lo que pasó ayer en el partido que
enfrentó a la Unión Deportiva Las Palmas contra el Atlético de Madrid, no pudiendo
adelantarse en el marcador en la primera parte, ni posteriormente igualarlo.
Sin
embargo ayer, después del 0-2, se notó la ausencia del entrenador de la Unión
Deportiva. Cuando el Atlético de Madrid encajó el segundo gol los jugadores
amarillos se vinieron abajo anímicamente, aunque siguieron haciendo su labor.
Era al entrenador, en ese momento, al que le tocaba “jugar”, mover ficha, pero
no lo hizo, como si él, también, se hubiera venido abajo. Y así, en la rueda de
prensa posterior al encuentro, decía: “con el 0-2 he preferido no hacer más
cambios, porque tampoco íbamos a hacer nada más”. Quedando 20 minutos para
finalizar el partido, Quique Setien perdió la fe en su equipo, y se entregó a
los cantos y encantos de los de Simeone, y continuó diciendo: “Estábamos
jugando contra un equipo extraordinario, consistente, que son más rápidos, que
prevén las cosas antes que tú, que tienen una calidad extraordinaria, que son
fuertes físicamente...”, como si, por algún momento, se hubiera salido de la función y fantaseara seguir
siendo aquel jugador que un día disputó encuentros con los más grandes, y en
las más grandes competiciones, posibilidad que le dio ser el que es hoy.
A veces uno se sale de la función, de entrenador, de padre, de psicoanalista, de director de banco, y cuando esto ocurre la misma se pervierte. Si uno se da cuenta debe volver rápidamente a la misma, dejando las fantasías para otro momento.
A veces uno se sale de la función, de entrenador, de padre, de psicoanalista, de director de banco, y cuando esto ocurre la misma se pervierte. Si uno se da cuenta debe volver rápidamente a la misma, dejando las fantasías para otro momento.
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