jueves, 31 de diciembre de 2015

Las lesiones en los fútbolistas

Cuando un jugador se lesiona no solo hemos de ver el músculo u órgano lesionado, tibia, peroné, menisco, sino también al sujeto psíquico que hay detrás de esa lesión. Hay una tendencia médica a tratar el músculo lesionado, como si actuara sólo, pero hemos de saber que ningún músculo ni órgano del cuerpo humano actúa solo, sino que forma parte de un sistema. Y en ese sistema se encuentra también el aparato psíquico.

Los afectos, junto con las relaciones, la personalidad, los celos, la envidia, conforman lo que denominamos psíquico en el sujeto. Los afectos, tristeza, ira, alegría, odio, deben canalizarse por vía psíquica, es decir, a través de las palabras. Cuando esa canalización no se utiliza o se utiliza mal, se canaliza por la otra vía que tenemos que es el cuerpo.

En todas las lesiones deportivas ha habido algunos afectos interviniendo en el mecanismo de la lesión. Esto ocurre siempre. Por esta razón, las misma lesión en un jugador o en otro, tiene un tiempo de recuperación y curación diferentes. ¿Y qué quiere decir esto? Pues que el sujeto interviene en su proceso de curación. Pero también en su cronicidad.

Podemos decir que en un equipo de fútbol, el que se lesiona es el chivato del equipo, denuncia algo que está pasando pero que no está dicho. Cuando hay más de tres lesionados en un equipo podemos determinar, sin lugar a dudas, que hay un problema.

Esta cuestión, a veces, es difícil de comprender, así como asimilar la importancia que tiene lo psíquico en todo lo que le ocurre al sujeto, también en las lesiones. Sin embargo, como hemos visto a lo largo de la historia, muchas veces la realidad se ha rechazado ante la visión de los hechos. Así, durante mucho tiempo, el hombre pensó que era el sol el que daba vueltas alrededor de la tierra. Y hoy, cuando vemos una puesta de sol, todavía seguimos pensando el mundo como lo veían antes, nos cuesta asimilar que es al contrario de cómo lo vemos. Pero los sentidos son engañosos, y la verdad, no tiene que ver con lo que vemos. Lo mismo ocurre en las lesiones. Cuando un músculo o un hueso ya no aguanta más y se rompe, hay algo más que está en juego que no se ve, y que también hemos de tratar, y eso son los afectos, los celos, las envidias, los miedos, los deseos.  

¿Y cuál es el profesional que debe intervenir sobre esos aspectos que están en todo jugador? El psicoanalista es el encargado de atender al sujeto psíquico.

La escucha del psicoanalista descubrirá la manera de enfermar o de lesionarse del futbolista, y esto aportará luz sobre la curación del miembro dañado, así como sobre la prevención de futuras recaídas.


Feliz año 2016.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Jonathan Viera, castigado sin jugar


Suponemos a los jugadores de un equipo de fútbol poseedores de una responsabilidad con su trabajo, de un respeto a la autoridad y a las normas necesario, y cuando esto no se da nos sorprendemos. Sin embargo, vemos que solo son suposiciones, y que los jugadores, igual que el común de los mortales, tienen aparato psíquico. Y ¿qué quiere decir esto? Pues que adolecen de los mismos problemas que podemos adolecer todos. Un narcisismo exacerbado, problemas con la autoridad o un exceso de individualismo, pueden jugar en contra del futbolista, pero también del equipo.

Una falta disciplinaria de un jugador que es sancionado por el equipo técnico con no jugar, solo puede deberse a estas cuestiones de la personalidad.

Jonathan Viera parece ser el protagonista de esta falta.

Vemos, nuevamente, como aspectos psíquicos, que nada tienen que ver con el fútbol, se inmiscuyen en el proyecto deportivo. Problemas con la autoridad pueden llevar a un jugador a desobedecer las órdenes de su entrenador, a cuestionar, permanentemente, las directrices que le dan, o a tener dificultades para ponerse en un lugar pasivo, posición necesaria para llevar adelante cualquier proyecto social.

Ante esta situación el equipo técnico de la Unión Deportiva ha decidido poner una sanción, como forma de corregir la conducta, suspendiendo a Jonathan Viera de jugar en el partido contra el Real Club Deportivo Español. Como siempre decimos cuando de Psicoanálisis hablamos, solo después sabremos, así que será necesario esperar para ver el efecto de esta medida, sobre el jugador y sobre la plantilla.

Una ciencia, el Psicoanálisis, que da cuenta de los procesos psíquicos, es necesaria para el buen hacer deportivo. 

domingo, 13 de diciembre de 2015

El temor a equivocarse. La Unión Deportiva vence al Betis 1-0

En el penúltimo partido jugado por la Unión Deportiva Las Palmas contra el Sporting de Gijón, se escucharon muchos comentarios que señalaban a Quique Setién como el responsable de la derrota. Incluso él mismo decía: “si alguien tiene que tener la culpa, ese soy yo”. Después de los cambios realizados por el entrenador en el encuentro del pasado 3 de diciembre, vinieron los goles del Sporting, que le dieron la victoria frente a Las Palmas de 3 a 1. En el partido de ayer que enfrentó a la Unión Deportiva contra el Real Betis Balompié, también el gol llegó después de los cambios realizados por el míster, pero en este caso, a favor de la Unión Deportiva, dándole la victoria en el encuentro, 1-0. Nunca se sabe, exactamente, a menos que uno se psicoanalice, y tampoco en ese caso, por qué ocurren las cosas, qué hace que un equipo gané o pierda, pero viendo los efectos podemos interpretar los hechos.

Después de los cambios que Quique Setién realizó ayer vino la victoria. Pero solo después es cuando hemos sabido que esos cambios contribuyeron a ganar.

No se puede acertar o errar antes.

El temor a equivocarse puede llevar al entrenador de un equipo de fútbol, y también a cualquier persona, a no decidir, a retrasar lo que tengo que hacer, a continuar viviendo bajo las mismas consignas que siempre he hecho, no sea que vaya a meter la pata.

Pero la vida se construye de eso, de decisiones, acertadas o no, con resultados positivos o negativos, que nos ayudan a valorar lo decidido.

Nuestra sociedad, muchas veces, penaliza el error, lo criminaliza, lo enjuicia. He de ser un buen padre, un buen jefe, un buen amigo, un buen entrenador. No debo de cometer errores.

Pero el ser humano nace sin saber hacer nada, todo lo tiene que aprender.

Ya lo decía Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, si no quisiéramos ser tan buenos seríamos mejores. Y el psicoanalista y poeta Miguel Oscar Menassa refiere “si uno quiere vivir hasta los 100 años tiene que tener un poco de maldad”. Aunque esta maldad también se refiere a otras cuestiones de las que hablaremos en otros post.

Feliz victoria. 

                                                                                   Sigmund Freud

domingo, 6 de diciembre de 2015

Nada pasa por nada

Sporting de Gijón 3- Unión Deportiva Las Palmas 1

Continuamos con los errores. Para hacer un error hay también que poner una intención, un deseo, tanto como para un acierto. En ambas situaciones, el sujeto está implicado. No podemos justificar los errores como faltas de concentración, o despistes. El “despiste” siempre tiene un sentido y se puede analizar. 

Ya lo decía Freud, en el sujeto humano, nada pasa por nada.