Uno se queda con la sensación, cuando termina de ver los
partidos de Las Palmas, que el equipo no es capaz de acabar la faena.
Se afloja en su deseo, se lesiona, pierde la concentración, y no consiguen sumar los
puntos.
Las decisiones arbitrales parece ser la excusa que está
utilizando Las Palmas para no cumplir con el trabajo, pero lo que se está viendo
es que lo están dejando a medio hacer.
Quique Setién en las declaraciones después del partido, refiere
que los árbitros no están favoreciendo a la Unión Deportiva. Incluso hace un
análisis psicológico de los mismos, y dice que pueden ser motivos inconscientes los que lleven a un árbitro a pitar un penalti contra Las Palmas, un equipo de “abajo”,
utilizando sus palabras, y no pitarlo al Villareal. Pero aquí, amigo Setien, he
de decirle que uno siempre ha de desconfiar de uno más que de los demás. Muchas veces cuando acusamos a otros de tener intenciones determinadas contra nosotros mismos,
realmente lo que hay en juego son intenciones propias, de las cuales nada queremos
saber, y por supuesto, nada sabemos. La teoría más importante que da cuenta del funcionamiento de la mente humana, el Psicoanálisis, nos habla de
que el ser humano es un sujeto dividido. Su yo consciente nada sabe de su yo
inconsciente. En muchas ocasiones hay conflictos entre sus yoes, siendo el deseo de ganar un deseo consciente,
pero anidando en el inconsciente prejuicios, que van en contra de la victoria. ¿Quiere
decir esto que Quique Setien quiere perder los partidos? No, pero sí que tiene algunos prejuicios, que además son
transmisibles, que están obstaculizando el logro de los objetivos.
Y ¿qué se puede hacer con los prejuicios? Uno no puede
terminar con ellos, pero sí puede psicoanalizarlos, para que salgan a la luz, en primer lugar, y
dejen de tener un efecto negativo sobre el equipo, posteriormente.
Arriba Las Palmas.