Decía
Javi Varas, el protagonista del encuentro de ayer entre la Unión Deportiva Las
Palmas y Deportivo de la Coruña, que cuando el portero es el protagonista del
partido, es porque no se han hecho las cosas bien. Más tarde añadía que se
habían cometido muchos errores.
Cuando
no se juega como se entrena, cuando en el partido no se pone en práctica lo
entrenado, es porque otros aspectos, que no son los técnicos ni los tácticos,
están influyendo. En el encuentro de ayer se
vieron dudas, imprecisiones, precipitación en los pases, poca efectividad en
los tiros. Los aspectos psíquicos pueden jugar malas pasadas. Un exceso de
preocupación en querer hacerlo bien que pierde al jugador en una batalla
consigo mismo, o los numerosos actos fallidos o errores que cometen los jugadores, pueden anular las opciones de un equipo.
Cuando
pierdo un balón tan peligroso, que pone a mi equipo en peligro, o cuando al darle a la pelota para tirar a portería, le doy justo donde no tengo que hacerlo, evitando sumar goles al marcador, en definitiva, cuando realizo lo
contrario a la acción que tengo que hacer, podemos pensar que una
corriente inconsciente contradictoria suple a la intención del sujeto,
llevándole a cometer un error. Cuando en un partido hay numerosos errores,
podemos pensar que algo está ocurriendo.