Los futbolistas, como otras profesiones que conllevan una
gran parte social, como actores, músicos o entrevistadores de televisión, suelen
tener un narcisismo elevado, que se ha alimentado, entre otras fuentes,
de los logros y éxitos de la persona. El narcisismo viene determinado, sobre todo, por
las primeras experiencias infantiles.
Hay jugadores muy narcisistas que necesitan corroborar en la
realidad, continuamente, su nivel de narcisismo, realizando frecuentes acciones que les acerquen a su ideal del yo. Hemos visto en la historia del fútbol, en la historia reciente, casos
de este tipo, que todos, seguro, tenemos en nuestras mentes. Hay otros jugadores,
por otro lado, menos narcisistas, menos centrados en sí mismos, que suelen ser excelentes compañeros de equipo.
Un equipo de fútbol se hace o se produce con unos y otros jugadores, que muchas veces requieren un trato diferente por parte del
entrenador deportivo.
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