En el penúltimo partido jugado por la Unión Deportiva Las
Palmas contra el Sporting de Gijón, se escucharon muchos comentarios que
señalaban a Quique Setién como el responsable de la derrota. Incluso él mismo
decía: “si alguien tiene que tener la culpa, ese soy yo”. Después de los
cambios realizados por el entrenador en el encuentro del pasado 3 de diciembre,
vinieron los goles del Sporting, que le dieron la victoria frente a Las Palmas de
3 a 1. En
el partido de ayer que enfrentó a la Unión Deportiva contra el Real Betis
Balompié, también el gol llegó después de los cambios realizados por el míster,
pero en este caso, a favor de la Unión Deportiva, dándole la victoria en el
encuentro, 1-0. Nunca se sabe, exactamente, a menos que uno se
psicoanalice, y tampoco en ese caso, por
qué ocurren las cosas, qué hace que un equipo gané o pierda, pero viendo los
efectos podemos interpretar los hechos.
Después de los cambios que Quique Setién realizó ayer vino
la victoria. Pero solo después es cuando hemos sabido que esos cambios
contribuyeron a ganar.
No se puede acertar o errar antes.
El temor a equivocarse puede llevar al entrenador de un
equipo de fútbol, y también a cualquier persona, a no decidir, a retrasar lo
que tengo que hacer, a continuar viviendo bajo las mismas consignas que siempre
he hecho, no sea que vaya a meter la pata.
Pero la vida se construye de eso, de decisiones, acertadas o
no, con resultados positivos o negativos, que nos ayudan a valorar lo decidido.
Nuestra sociedad, muchas veces, penaliza el error, lo
criminaliza, lo enjuicia. He de ser un buen padre, un buen jefe, un buen amigo,
un buen entrenador. No debo de cometer errores.
Pero el ser humano nace sin saber hacer nada, todo lo tiene
que aprender.
Ya lo decía Sigmund Freud, el padre del Psicoanálisis, si no
quisiéramos ser tan buenos seríamos mejores. Y el psicoanalista y poeta Miguel
Oscar Menassa refiere “si uno quiere vivir hasta los 100 años tiene que tener un
poco de maldad”. Aunque esta maldad también se refiere a otras cuestiones de
las que hablaremos en otros post.
Feliz victoria.
Sigmund Freud
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