Lo que
más llamó mi atención en el partido de ayer entre la Unión Deportiva Las Palmas
y el Levante Unión Deportiva, fue el deseo de jugar que tuvo Las Palmas durante
todo el partido. Mantuvieron el balón en su poder el 70% del tiempo,
controlando el fútbol y disfrutando de un juego ágil y dinámico. Pero ese deseo
de juego no se acompañó del deseo de victoria, quedando el marcador 0 a 0. El equipo no fue
eficiente a la hora de hacer gol, perdiendo o abandonando precozmente el balón
en cada encuentro con la portería contraria.
Satisfecho
Paco Herrera decía: “El empate es bueno, hay que valorar el punto obtenido”,- y
terminaba diciendo- “pero merecimos más”. Cuando esa precisión no se da ante la
portería contraria y el equipo no juega para hacer gol, hablar de merecimiento es creer en la justicia
divina, y en que hay un dios que todo lo ve. Los resultados de un partido de
fútbol, de una temporada, son producto de un trabajo, y el trabajo que hizo la
Unión Deportiva el pasado domingo, fue el de llevarse un punto a casa. Así que,
objetivo conseguido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario