martes, 15 de septiembre de 2015

Paco Herrera, un entrenador de primera


Ayer pasaron muchas cosas en el partido que enfrentó al Real Club Celta de Vigo y Unión Deportiva Las Palmas, y muchas de ellas buenas para la Unión Deportiva. Ganas, deseo de juego, cambios, remontada, superación, empate.

En la crónica que hago hoy del partido, el protagonista es Paco Herrera. Con una alineación inicial en defensa, el mister no dudo en cambiarla cuando fue necesario, no apegándose a ninguna decisión anterior que había tomado, aunque se contradijera. Como dijo en la rueda de prensa “la táctica o las jugadas las cambio en función de lo que veo”. Para ver las cosas tenemos que hacerlas, antes no se puede saber cual va a ser el resultado. Como dice el Psicoanálisis solo después sabremos.  No hay alineación perfecta, jugada perfecta antes. Solo después puedo saber si fue acertada la decisión o no.

En estas cuestiones juega un papel importante el narcisismo. Este término lo utilizó el Psicoanálisis para describir a aquellas personas que tienen un excesivo amor hacia sí mismos, un excesivo apego a todo lo que tiene que ver con ellos. En una etapa de la vida de todo ser humano, la infancia, todos mostramos conductas de este narcisismo. En su justa medida, ayuda a llevar a término un proyecto, porque es el que nos hace creer en nosotros mismos. Pero cuando es excesivo puede deteriorar cualquier sistema operativo social.

No sé si Paco Herrera se psicoanaliza o recibe asesoramiento psicoanalítico, pero ayer, en sus declaraciones, dejo ver un concepto grupal y psicoanalítico de dirección de un equipo, donde los intereses grupales están por encima de otros intereses narcisísticos.

Aúpa la Unión.

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