lunes, 2 de mayo de 2016

Aprender a perder. La Unión Deportiva Las Palmas cae frente al Granada Club de Fútbol 3-2

Dos goles a favor no garantizan nada, aunque hayan sido metidos en los primeros minutos del encuentro. Un partido no se termina hasta que el árbitro no pita el final.

En el fútbol es necesario meter goles, pero los goles no aseguran los puntos. Defender el resultado también es importante, porque si no el otro equipo, aún con el marcador en contra, se hace fuerte. 

Si antes del partido nos hubieran dicho que de un 0-2 pasaríamos a un 3-2, no nos lo hubiéramos creído, pero en fútbol todo es posible.

Jonathan Viera, preguntado al final del encuentro, mostraba su enfado hacia su equipo, y aseguraba: “no se puede perder así un partido”.

Pero un paso adelante implica caídas. Caer no es una derrota si levantarse inaugura volver a jugar. Debemos aprender a perder.

Antes de caminar se aprende a caer. El ser humano nace en total indefensión, tiene que recibir todo o casi todo de fuera, a cambio de nada. La moneda con la que paga es sobrevivir.

Más tarde, cuando crece, aparecen las decepciones del caer, del perder partidos, donde lo importante no es la caída, sino cómo te levantas de ella. Como decía el poeta "una hombría diferente en cada puesta de sol habrá de construirse". 

Así que ahora toca construir los dos futuros encuentros de fin de temporada.



No hay comentarios:

Publicar un comentario